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sábado, 23 de abril de 2011

Concejal Jorge Hidalgo: Tierra Amarilla y el Desarrollo Sustentable

La Comuna de Tierra Amarilla tiene como principales polos de desarrollo la minería y la agricultura, los que han generado grandes beneficios para Chile, la región y los inversionistas, pero NO para las y los Tierramarillanos. Potentes tronaduras, un gigantesco cerro de estéril que Minera Candelaria a depositado casi encima de nuestro cementerio y los tranques de relaves que amenazan la seguridad de todos los que habitamos esta comuna, son solo algunos de los elementos que han transformado a Tierra Amarilla en una comuna altamente contaminada y que ofrece una pésima calidad de vida a sus habitantes.

Como en pocas ciudades de Chile la contaminación tiene tantas fuentes y formas como las tiene en Tierra Amarilla , siendo la polución una de las más importantes, que inclusive llevaron a la autoridad regional hace casi 2 años aproximadamente a dar por iniciado el proceso que declara Zona Saturada por MP10 a la comuna, sin embargo hasta el día de hoy no hemos visto avances en este tema y menos un plan de descontaminación o siquiera versiones claras por parte de las actuales autoridades, por lo que diariamente quienes habitamos esta comuna debemos sufrir con la polución, generada por las mineras, que se suma a los reiterados episodios críticos generados por la emanaciones de arsénico y dióxido de azufre de la Fundición Paipote y que están afectando principalmente la salud de niños y adultos mayores, pues cerca del 70% de las consultas en el Centro de Salud de Tierra Amarilla son por enfermedades respiratorias y al menos la mitad de ellas se pueden atribuir a los efectos de la contaminación, según explicara José Kong, Director del CESFAM. Pero además la nula existencia de planificación urbana ha permitido también la instalación de cultivos de uva de mesa a muy pocos metros de las poblaciones más grandes de la comuna, poniendo en evidente riesgo a todos los pobladores de sufrir graves intoxicaciones con agroquímicos (como la peligrosa y corrosiva cianamida hidrogenada, fungicidas y pesticidas); como también obligándolos a soportar las pestilencias de la adición de guanos o tener que tolerar los irritantes humos producto de la quema de neumáticos y otros combustibles que utilizan para controlar las heladas.


Así mismo la extracción indiscriminada de agua está generando serios problemas, ya no solo para los pequeños agricultores de la parte baja del valle sino que para toda la cuenca del río Copiapó poniendo en riesgo la sustentabilidad de toda la población. Nuestro rio hace años se seco por completo y hoy la comuna se está quedando sin aéreas verdes debido a la escasez de agua. El municipio contaba con un pozo que ahora, se supone por razones económicas, no está operativo, inclusive en el verano, donde se registraron muy altas temperaturas, la piscina municipal solo funciono un par de semanas por esta misma situación. Pero a pesar de que la crisis hídrica del valle de Copiapó ha sido asumida públicamente tanto por las autoridades pasadas y las actuales y aun con toda la evidencia científica que corrobora este hecho, las autoridades siguen apoyando proyectos no sustentables para el valle desde la perspetiva del uso y abuso del recurso agua, siendo prueba de ello el Megaproyecto minero Caserones  de Lumina Copper s.a. (que utilizará una cantidad de agua equivalente al consumo humano de toda la ciudad de Copiapó), en cuya tramitación la DGA manifestó su disconformidad hasta el final del proceso, pues no cumplía con las medidas necesarias para asegurar que no tendría efectos adversos sobre la cantidad y calidad del recurso hídrico para toda la cuenca de Copiapó.

Algunos señalan que estos son los costos que genera el desarrollo, ¿pero de qué desarrollo hablamos? si aun vemos calles sin pavimentar en nuestra comuna, si tenemos una educación, todavía, de mala calidad (según resultados SIMCE 2011), si casi no existe oferta de servicios; no tenemos bancos ni farmacias y los índices de pobreza son aún muy altos. El crecimiento económico en Tierra Amarilla ha empeorado la calidad de vida de sus habitantes,  y ante esto la ciudadanía debe ser capaz de organizarse y movilizarse para exigir una actitud más responsable de parte de las autoridades; el municipio y la autoridad regional deben, al menos, generar las herramientas básicas que permitan controlar y regular de mejor forma las distintas actividades productivas y sus impactos ambientales, y para eso es urgente la creación del plano regulador comunal y de una ordenanza municipal moderna, que proteja a los vecinos y vecinas de Tierra Amarilla.

Del mismo modo la ciudadanía debe exigir a las empresas un nuevo trato, no basta con que dispongan de unos pocos recursos para invertir en proyectos de infraestructura, entregar limosnas a las organizaciones comunitarias, capacitar a unas cuantas personas (utilizando herramientas del estado para descontar impuestos) o agasajar con almuerzos, cocteles o regalos a algunos dirigentes sociales. Las empresas deben comprometerse con una nueva política de responsabilidad social empresarial que considere además de aportes concretos a la comuna, procesos productivos más limpios, seguros y respetuosos del entorno desde el cual extraen sus utilidades por años y años. No queremos más empresas agrícolas que durante la temporada de cosecha envían a sus trabajadores, ante enfermedades o accidentes laborales a atenderse a nuestro consultorio y no a la mutual de seguridad, para evitar gastos, no queremos que las mineras sigan trasladando cianuro por nuestras principales vías, no queremos que Kinross con su proyecto Maricunga siga pagando apenas 20 mil pesos en patente al municipio, en definitiva, queremos empresas y autoridades RESPONSABLES y que el crecimiento económico se transforme en desarrollo sustentable que permita a los cerca de 13 mil  tierramarillanos tener una mejor calidad de vida.

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