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viernes, 27 de abril de 2012

Exhuman Cuerpo de Temporera de Tierra Amarilla

Exhuman cuerpo de joven temporera fallecida en el 2008 para investigar las reales causas de su muerte. Cecilia Ortiz Loaiza murió en el 2008, con tan sólo 35 años, días después que sufriera un accidente laboral por la rotura de una cañería de amoniaco en la sala de empaque de la Villa María en el Valle de Copiapó, agrícola propiedad del empresario Sergio Ruiz Tagle Humeres. 

Al momento del accidente Cecilia se desempeñaba como supervisora. La trabajadora quien falleció el 23 de enero del 2008, dejó a tres hijas, Francia, Coty y Cecilia, las que tenían entonces 15, 11 y 7 años respectivamente.

La temporera que empezó a sentirse mal a las horas del suceso finalmente concurrió al Hospital Regional, sin embargo la derivaron nuevamente a su casa diagnosticándole un simple resfrío. A los pocos días Cecilia fallece y los familiares inician los trámites para conocer los verdaderos motivos del deceso. 

Margot Loaiza, madre de la temporera cuenta “mi hija es enterrada sin que se le practicara una autopsia”. La dolida madre señala que lo único espera es que se establezca la verdad, justicia y que las hijas que dejó Cecilia tengan la protección debida. Asimismo señala Margot que “nunca, ni siquiera un jefe de la agrícola se acercó a mi casa… esa es la pena que tengo porque mi hija les dio 15 años de su juventud a ellos, mi hija siempre trabajó en esa empresa. Mi hija llegó acá al norte y su primer trabajo fue en esa villa y en ese lugar falleció”. 

Margot lleva cuatro años golpeando puertas por una respuesta y hoy luego de que por primera vez presencia una acción concreta orientada hacia la verdad y la justicia señala “esa es también una pena grande que tengo porque no se valoriza al trabajador, no se valoriza sus años de servicio, que tiene hijos, como tampoco que es mujer ya que sabemos que hay más preferencia por los varones. Ella les trabajaba hasta el día domingo. Yo nunca les pedí dinero pero ellos por humanidad podrían haberse acercado a la casa. Lo que yo espero es verdad y justicia y espero en el señor que así va a ser”.

La madre de la joven temporera recuerda el día anterior en el que su hija ya ni siquiera podía tomar agua en lo que aparentemente muestra el nivel de quemaduras que padecía en la garganta. La señora cuenta que “apenas remontó agua en su lengua la devolvía y le decía ‘mamita me quemo, siento que se me quema aquí´”. 

Por su parte María Cartagena Ibacache, dirigente nacional de las temporeras indígenas de Amuri y presidenta de la organización regional Ratmuri, quien permanentemente ha acompañado a la familia Ortiz Loaiza, señala que estos accidentes ocurren con frecuencia y “por esto hemos perdidos varios compañeros por envenenamiento químico de amoniaco asi como hay varios con diversas enfermedades por esta causa. Así “también preocupa la falta de fiscalización y resguardo frente a la gran cantidad de uso de este químico y poco control de los envases y cañerías que llevan años y se encuentran desgastados”, acota Cartagena. 

La dirigente señala que “queremos justicia y que esta mamá pueda estar tranquila sabiendo de que murió su hija. Queremos que se sepa también que pasa cuando aspiran un producto químico. Han muerto muchos temporeros con distintos problemas y nadie lucha por eso. Pedimos a las autoridades y a los congresistas que sea obligatorio el examen a los temporeros antes y después de trabajar”. 

“Porque los temporeros no tenemos derecho a este examen, mientras que en la minería se aplica. No porque sea el trabajo más vulnerable de la tercera –región-, no tenemos derechos a ese examen”, pregunta y sentencia la dirigente social. 

Mientras que Rosa Ortega Orrego, presidenta del sindicato de temporeros de Atacama apunta los dardos a la empresa “creemos que la empresa cometió graves irregularidades ya que no dio cuenta de inmediato de que fue lo que sucedió y no se tomaron las medidas necesarias para evitar esta tragedia por el que hoy día estamos aún lamentando la muerte de nuestra compañera Cecilia”. 

Rosa Ortega enfatiza que “como sindicato estamos para pedir y exigir a la autoridad y especialmente al fiscal que está a cargo de esto que le dé una rápida respuesta y que sea favorable, que de una vez se pueda saber toda la verdad para que una familia que ha estado estos cuatro años sufriendo pueda tener justicia respecto a su hija y no obstante ello pueda existir protección hacia las hijas de Cecilia que se encuentran desamparadas”. 

La dirigente además acusa a las ex seremi y ex directora de salud de no haber autorizado en su momento los exámenes para determinar las reales causas de muerte. 

El fiscal Juan Sebastián de la Fuente, quien realizó la exhumación por instrucción del fiscal a cargo del caso, señala que las muestras serán analizadas por la tanatóloga del Servicio Médico Legal de Santiago María Soledad Arredondo, la que viajó a la Región de Atacama para la toma de muestras y practicará los exámenes químico histopatológicos. Los resultados podrían estar listos en los próximos 15 o 20 días hábiles. 

Cabe señalar que el fiscal Ariel Guzmán Moya tomó el caso, él que con anterioridad estaba en manos del fiscal Rodrigo Mateluna. A juicio de la madre de Cecilia, el fiscal Mateluna “nunca movió la investigación” y acusa que en el tiempo que estuvo a cargo “nunca me citó ni me informó nada…nunca” , hecho por el que se encuentra muy esperanzada y agradecida con el nuevo fiscal y el nuevo curso de las investigaciones, según manifiesta. 

El técnico en refrigerantes y primo de Cecilia Ortiz, Rubén Ángel Espinosa Godoy, apunta a los peligros del amoniaco. ”… es uno de los elementos de refrigeración que tiene mayor peligrosidad para el ser humano, de hecho en algunos países está prohibido por ser altamente tóxico a nivel cutáneo. La inhalación prolongada provoca la muerte casi instantánea. El contacto con la piel produce quemaduras a nivel superficial, mientras que en las vías respiratorias produce quemaduras interiores muy severas”. 

En horas de la tarde de ayer el cuerpo de Cecilia Ortiz fue enterrada nuevamente en su lugar de descanso en el cementerio municipal de Tierra Amarilla a la espera de la verdad, justicia, apoyo a sus hijas y por sobre todo, de una regulación que acabe con la indefensión de la clase trabajadora que sostiene una de las empresas más rentadoras del país y una de las más ingratas e inhumanas en el trato social.

Fuente: José Manuel Gutiérrez Bermedo (Fotos y Texto)

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