“Somos el patio trasero de la comuna”, se lamentan ante la falta de mejores condiciones en servicios básicos, vivienda y deporte.
En la comuna de Tierra Amarilla se encuentra la localidad de Los Loros, un pequeño poblado distante unos 50 kilómetros de Copiapó, cuyos habitantes se sienten olvidados por las autoridades y, por ende, llaman la atención por más atención y respuesta a las demandas sociales. Por ejemplo, una de las tantas inquietudes de la población radica en contar con un consultorio de salud, debidamente equipado con los profesionales médicos permanentes, especialmente un pediatra, ya que para cualquiera atención deben trasladarse hasta Tierra Amarilla, con el consiguiente costo al bolsillo de las familias más modestas y la pérdida de tiempo por la distancia que deben recorrer.
El fomento del deporte es otra de las principales demandas de la población local, porque lo ven como una gran solución al flagelo de la drogadicción que tiene atrapado a los jóvenes. “No sólo los jóvenes han caído en este flagelo. Acá hay muchas madres que teniendo niños chicos también están metidas en el consumo de la pasta base y esto trae como consecuencia que se estén destruyendo familias enteras, porque llegó gente de otros lados a vender droga, como los temporeros y mineros que vienen en camioneta a venderla, y lo peor es que no existe ninguna vigilancia, aprovechando la cero seguridad ciudadana, porque las calles sin pavimento no cuentan con iluminación y el agua potable hay que sacarla de pilones y mangueras”, comenta Viviana Navarrete.
La localidad de Los Loros no escapa a la triste realidad social que tiene nuestro país con la presencia de campamentos y, en este lugar, existe desde hace unos diez años el sector conocido como “La Toma”, donde viven en forma permanente más de 300 personas que no han podido acceder al sueño de la casa propia. Glenda Silva es una dirigente del sector, quien entrega una cruda descripción de la realidad que a diario deben afrontar los vecinos ante la carencia de mejores condiciones de vida: “hace un tiempo, el municipio entregó mediaguas a quienes no debía, porque se las dieron a personas que estaban de paso y hoy las tienen arrendadas porque se fueron de acá”, comenta.
Últimamente, hemos ido al municipio en busca de respuestas, pero no hemos obtenido resultados concretos, sólo promesas de que pronto harán algo, porque cuando llueve aquí todo el mundo se moja y son grandes los dramas, especialmente en los casos de las familias que tienen niños chicos. Nosotros somos el patio trasero de Tierra Amarilla”, concluye.
Fuente: Radio Nostalgica (29-07-2012)